domingo, 19 de enero de 2014
Arrepentimiento
Este sentimiento es un buen colorante gris...los hechos pasados, y por desgracia, sobre todo los malos, tienden a acumularse en mi mente, y me hacen volver a los momentos en los que éstos recuerdos no se habían convertido en pequeños plomos en las piernas...
La primera consciencia del arrepentimiento la llamo así por que no sabría darle un término más exacto.Todo empezó un verano francamente aburrido,turnándome entre la casa de mi madre y de mi padre, en la cual una noche, muy tarde, todo se derrumbó, aunque no se si ya estaba roto antes de recibir el último aliento que separó de la primera persona que realmente quise, siempre me dijo que no era más que un amigo, pero siendo sincero, siempre tuve esperanza...puede que el poema de Gloria Fuertes me inspirara un poco para ser tozudo a aceptar que ese tren pasaba de largo de mi parada. Puede que fuera en alguno de estos intentos de parar el tren, que lo hiciera descarriar de manera irreparable, pero no me arrepiento de haberlo intentado, sino del resultado que tuvo.De ser la chispa que encendía muchas ideas pasó a ser la tormenta de hielo que las congeló, disipando cualquier fuego...Y aún así, día a día acerco una pequeña llama a las brasas que imagino que quedan de las ideas que tuve para cada noche apagarlas de un soplido.
La segunda consciencia del arrepentimiento si estoy seguro de que es mi culpa que exista, pero lo más curioso, es que pese a que los hechos fueran anteriores a aquel verano tan curioso, fue hace relativamente poco cuando apareció la idea de que obré mal... La cuestión fue que conocí a una chica tímida y atractiva viendo como mi padre destacaba en sus clases de baile.Hablé bastante poco con ella, pero aún así poco después inicié una relación que hasta hace poco me pareció fugaz y banal porque nos vimos una vez (vivíamos bastante lejos uno del otro) y nunca respondí a su "llámame que no tengo saldo" ni mensajes y nunca me importó demasiado...Pero solo vi mi punto de vista, hace poco más de un año, volví a coincidir con ella demostrándome que es verdad ese dicho de que el mundo es un pañuelo, y aún mas una isla. Coincidí con ella y cuando a los meses tuve el valor de hablar con ella tranquilamente (hay que tener en cuenta que sus gustos, con los años, igual que su belleza, empezaron a coincidir con lo que me atrae y esto me hizo más complicado echarle valor al asunto), me contó su punto de vista...una chica que quería a un chico que no le hacía caso alguno y que con el tiempo( y espero que no haya sido culpa mía, se dió cuenta de que sentía atracción por el sexo femenino)...una descripción de hombre que nunca había asimilado en mí y contra la que había intentado aconsejar a tantas mujeres diciéndoles que renegaran de él, que no les convenía...etc. Se ve que antes de aconsejar debemos de vernos a nosotros mismos con perspectiva.
Definitivamente la discreción no es mi punto fuerte, nunca lo ha sido, y cualquiera que me conozca sabe quienes son estos dos ejemplos de arrepentimiento que no se aún como afrontar y que espero que la actualización de la manera de pensar que estoy esperando me venga con la solución del problema.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario